La automatización de procesos es un término que se escucha frecuentemente en el ámbito empresarial. Sin embargo, poco se habla de los beneficios directos para las empresas.
Automatización de procesos, ¿robots a cambio de humanos?
La automatización de procesos no es, como muchos aún creen, el reemplazo de los humanos por los robots. Ésta es apenas una de las vertientes que contempla el término, pero no la más significativa.
La automatización hace referencia a un proceso integral a través del cual los negocios impulsan sus tareas para hacerlas más eficaces y con mayor calidad. Esto obliga a la puesta en marcha de acciones como la digitalización de la información, la integración de aplicaciones y áreas, la aceleración de los tiempos, la reducción de mano de obra, la implementación de sistemas software, entre otras.
Es decir, hablamos de una función que busca que las empresas estén al tanto de todo lo que sucede a su alrededor y responda a las exigencias de mercados cada vez más ágiles, competitivos, dinámicos y donde diferenciarse es un valor esencial.
Estos son algunos aspectos de nuestro día a día que son beneficiados al automatizar los procesos de las empresas.
1. Reducción de los ciclos de producción:
Aplicar sistemas informáticos en la producción agiliza los ciclos y las etapas de la misma y mejora la carga laboral del equipo, redistribuyendo las funciones o incluso liberando a sus integrantes de algunas de ellas, especialmente las que más trabajo conllevan. También disminuyen los recursos disponibles para ello.
2. Seguimiento y control de resultados en tiempo real:
Con un sistema de automatización de procesos no es necesario esperar al final de un ciclo o una tarea para tomar decisiones. Esto se puede hacer de forma simultánea y de forma detallada.
3. Sistema de información común:
Todas las áreas de la empresa queden conectadas entre sí y comparten un mismo sistema de información. Esa base de datos será la que sirva de soporte para cualquier acción corporativa de carácter estratégico.
4. Identificación de los puntos de desperdicio:
Hasta hace muy poco, las empresas sólo podían identificar aquellas zonas con bajos niveles de productividad una vez acababan los procesos o cuando el fallo era demasiado evidente. La sistematización permite saber en tiempo real dónde se ubican esos fallos y las razones del mismo.
5. Estandarización de los indicadores de rendimiento:
Permite emplear los mismos indicadores de evaluación para varias tareas, lo cual evita tener que definir nuevos en cada ocasión. Una vez se han fijado, se convierten en patrones de rendimiento.
En definitiva, la automatización de procesos consiste en una mejora continua de las tareas que se llevan a cabo al interior de las empresas, apoyándose de las herramientas tecnológicas y recursos software que resulten más efectivas para cada caso.
¿Te animas a probar esta estrategia en tu negocio?